Cruz Martínez, Hidelfonsa (2013). Trompiando Mierda. México: Edhalca.

Trompiando Mierda relata un momento de la vida de una mujer que bien podría ser todas las mujeres, en ella se presenta la historia de Chuyita, una niña que describe de manera inocente las condiciones marginales en la que vive su familia, destacando a la madre como un personaje central y que representa la resiliencia de la condición femenina hasta el punto de exacerbar al lector.

En voz de la protagonista de la novela, nos damos cuenta de que a pesar de las condiciones en que vive se trata de una niña feliz, una niña que a pesar de la pobreza en que vive, se siente afortunada de tener una familia, una madre y hermanos.

Es el tiempo, tan inexorable como siempre, el que muestra a Chuyita la verdad, y esa niña tan inocente se da cuenta de que en realidad no tiene una vida feliz; este libro se puede comparar con nuestra primera experiencia; sí, esa primera vez tan idealizada, tan romántica, tan pensada para el primer amor, y que resulta tan diferente; la realidad suele ser tan dura y al mismo tiempo tan sencilla que no es necesario un gran discurso para entenderla, así es como Hidelfonsa Cruz Martínez nos muestra su historia, de manera sencilla y concreta, tan práctica que en 80 páginas nos muestra la condición de la mujer mexicana.

De lenguaje sencillo y descripciones naturalistas Trompiando Mierda es un espejo en el que se ven reflejadas muchas mujeres, rurales o metropolitanas, y que, a manera de tragicomedia, hace que el lector esboce una amarga sonrisa por las ocurrencias de su protagonista, Chuyita, a quien acompaña el lector en su crecimiento, hasta que decide escapar de su casa para iniciar un matrimonio que tristemente es parte de la lemniscata de Bernoulli en el eterno femenino.

Bien se le podría considerar una novela de género, pero sería más adecuado llamarla novela de denuncia, ya que nos muestra las condiciones en las que las mujeres toleran situaciones que por ningún motivo deberían existir y que existen gracias, precisamente, a las mujeres.

Gracias a esta obra el Instituto Estatal de la Mujer invitó a Hidelfonsa a participar en coloquios sobre violencia de género, ha dado conferencias en municipios de Jalisco sobre las señales que advierten la violencia de género y ha colaborado con grupos de ayuda para mujeres en situación de violencia doméstica. Y lo que resulta verdaderamente impresionante es que hasta hoy no he encontrado una sola mujer que le diga que no se siente identificada con la novela.

 

(Sergio Haro Alcaráz)