Gómez Cervantes, Teresa (2016).  La humedad y el polvo. México: SNTE.

Con una poesía de apariencia discreta, elaborada dentro de los límites de una engañosa sencillez, Teresa Gómez Cervantes nos introduce a dos espacios básicos de la intimidad: la introspección y la alcoba. La experiencia poética de La humedad y el polvo es un viaje interno y temporal; las fechas al pie de los poemas testimonian el fluir de los acontecimientos que obsesionan a la autora, en un constante devenir de las posibilidades del amor.

Desde su título, el presente poemario nos advierte de su mecanismo principal de creación: los opuestos. Esta bipolaridad puede servir tanto como ocasión de encuentro amoroso como la imposibilidad, no solo del encuentro físico, sino de la comunicación más elemental. Una de las lecciones básicas de La humedad y el polvo es la certeza sabinesca de que los amorosos están solos al final de cuentas.

El libro se presenta dividido en cuatro capítulos en los que “gotas de lluvia” y “sueños” insisten en el amor posible, el irrealizable, el efímero; el anhelo y el deseo caen como la lluvia omnipresente, con todo lo que pude tener de pacifica, violenta, y de todo aquello que se disfraza, con el tiempo, de nostalgia. “Erosiones” ha superado la inaccesibilidad del cuerpo del otro, la unión es palpable en el sentido estricto de la palabra, mas el otro encuentro no ha dado, como lo sugiere el título, se ha erosionado. Asistimos entonces al ámbito de la trasgresión amorosa, a la búsqueda del cuerpo ajeno que, en cierta medida nos resucita ante la evidencia de que dos cuerpos no bastan para el amor. “Alunizajes” es, finalmente, una manera de posar tierra, de reconocer que la agresión, cuando es dulce, también forma parte del amor; o bien de aceptar que las cosas tienen un ciclo y es necesario decir basta.

Nada más terreno que el poema que cierra el libro, un texto inusual por su particular uso de los recursos sonoros y sugerentes de la lengua; el libro termina pero en realidad abre un nuevo ciclo a partir de la intención lúdica y significativa de dicho poema. El ciclo de la renovación de lo que parecía perdido irrumpe de manera inesperada para limpiar el cielo nebuloso, materializar los sueños y humedecer las erosiones que fueron necesarias para arribar al puesto que todos anhelamos.

 

(Ricardo Sigala)