Arturo Jara, el poeta que intenta ser músico y transcribe su “locura”

Existencias: ¿Cómo es que Arturo Jara, se inicia en el gusto por las letras? ¿Hay algún punto donde nació esa vena poética?

Arturo Jara: En la adolescencia soñaba con ser cantante de rock. Entre mis pasatiempos estaba la traducción de las canciones. Así descubrí cosas bellas, como “In my life”, de The Beatles. Esto me animó a escribir letras de canciones sencillas, nada poético en principio, sin embargo, el hecho de practicar la escritura, intentarlo una y otra vez, me hizo crecer cada vez más. Después me fui dando cuenta que poco a poco me iba alejando del formato de canciones y me acercaba más a la poesía. En 1989 escribí un poema titulado “Hilos de viento”, cuando lo leí ya terminado, sentí que había creado algo diferente. Tal vez ese fue mi primer poema ya en forma.

En México, el movimiento de rock del lado de “Los Rupestres” era el que aportaba poesía a la música, entre ellos destaco a dos que a mí me marcaron, Arturo Meza, que tiene letras muy poéticas, como “La sentencia”, quítale la música y queda un poema muy bello y fuerte: “Siempre nos vamos cansados de la tierra, jurando no volver a pisar la negra corteza palpitante, guardamos con las palmas nuestras llagas y esperamos cabizbajos la sentencia”.

El otro músico poeta que me influyó fue José Cruz Camargo, del grupo de blues “Real de Catorce”, con temas como “Un medio día triste” o “La medicina” o “Flores en la ventana”.

En general, te puedo decir que en esa época esas fueron mis primeras influencias.

Existencias: De esos años primeros del gusto por la poesía, ¿cómo se dio ese punto de encuentro por las propias letras, la propia voz?

Arturo Jara: Yo tuve guardados mis escritos por muchos años y fue hasta 2013 que comencé el proyecto de la publicación de mi primer libro Hoja parda que noviembre arranca, que salió en 2013. A la par de que preparaba este libro retomé la escritura de textos de narrativa que había iniciado en los 90 y con los nuevos escritos que fui juntando completé un nuevo libro, ahora de un formato raro que no sé si es cuento largo o novela corta o quién sabe, que salió en 2016 con el título de El nido del cangrejo.

Como la creación no se detiene, en 2018 se publicó Polvo mío, un poemario del que estoy muy orgulloso, creo que quedó muy bien.

Existencias: Hay un juego de palabras con el que gusto de mencionar esto: “Activista es el que activa algo inactivo”. En ese sentido, ¿te consideras activista como escritor?

Arturo Jara: La poesía tiene la capacidad de mover sentimientos, es una forma de activar al alma, la veta de emociones del ser humano. Recuerdo en una presentación a una chica que se acercó conmovida por un poema llamado “Es un limón la vida” y a quien le ha gustado el tono amoroso erótico y fúnebre de “Polvo mío” o ha echado a volar la imaginación con “Los árboles nunca duermen”, así que sí, haciendo a un lado la posible connotación política del término creo que sí, soy un activista.

Existencias: ¿Qué viene a gestarse en la proximidad? ¿Hay planes en gestación?

Arturo Jara: Viene la publicación de un nuevo poemario para este 2022, que si no cambio de idea saldrá con el título de Los seres lejanos.

Estoy terminando una novela, tengo algunos cuentos que se pueden publicar y quiero editar y publicar los poemas previos a “Hoja Parda”, hablo de la época de “Hilo de viento”, que mencioné antes. Tengo una idea de cómo llamarlo, pero aún no estoy seguro. Es un trabajo que me hará ser critico conmigo mismo para elegir aquellos textos que realmente me aporten, que me muevan primero a mí.

(André Michel)