González García, Artemio (2009). Cerrojos (del amor y del misterio). México: Secretaría de Cultura.

Versos van y vienen, se juntan hasta crear una casa, se conforman y se diluyen en las manos del cerrajero. Artemio González García, poeta originario de Arandas, Jalisco (1933), juega con los versos que nos presenta en Cerrojos (del amor y del misterio). En el libro, que además cuenta con un comentario de Luis Armenta Malpica, se aprecian imágenes casi surrealistas, donde los entes cobran vida ante los ojos de la imaginación del lector.  Cerrojos es un pequeño mundo creado por el autor, donde el tiempo, la fugacidad de la vida, los instantes, la creación artística, el amor y el lenguaje son los personajes principales. 

El poeta experimenta con las formas. Crea silencios, énfasis y figuras con las palabras. La tradición vanguardista hace eco en sus palabras. Entonces resuenan pasos que anuncian las metáforas y alegorías hechas con suma atención por el escritor entero y sólido que demuestra ser Artemio González.    

La poesía como la literatura en general se ha planteado cuestiones humanas. El amor es y siempre ha sido uno de los más grandes misterios. Detonante desde Platón al Libro de buen amor del Arcipreste de Hita o a El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, novelas, poemas, teatro, pintura y un sinfín de arte. Así también el tiempo. Misterios que al ojo del ser humano son maravillas, pues el tiempo, así como pasa también construye, el tiempo no tiene tiempo y nos lleva a la infinitud o al instante. Dos temas que forman el eje principal de Cerrojos y que Artemio González gusta con la maestría con que construye sus dudas, pensamientos y sentimientos a través de la palabra. 

Artemio González, cerrajero, nos da la entrada a la casa hecha ya de voces. Nos permite entrar a su hogar y mirar al amor y al misterio. Nos invita a disfrutar de su creación, la cual nos hace viajar a través de la creación y vernos entre árboles, la vida, la muerte y los instantes. 

 

(Abraham Samuel Arrieta Coyotl)